Autor: Jorge Breton
Cada quien ve la educación de varias formas. Pero hay una que a mi me inquieta demasiado. Hablo por supuesto de la Crisis de Valores, que le pega a nuestra educación.
Viendo un programa en televisión, en el cual presentaban la problemática que existe en México para la adopción de un menor; me puso a pensar sobre la crisis existencial de valores y que afecta principalmente a la educación de cada una de las personas hoy en día.
Tan sólo para poner en evidencia: en España se mantiene un alto índice en la adopción de un niño o niña, que ahora, se puede obtener un embrión y gestarlo para adquirir a un bebe con características especiales. El proceso legal es igual de simple que la adopción, lo que nos permite ver que se mantiene un alto índice de educación y valores bien entendidos. Pero ¿Cuál es la verdadera importancia de esto?
En todo el mundo miles de niños esperan ser adoptados, sin embargo en México el proceso de adopción y crianza de un niño que no es congénitamente hereditario de los padres, carece de un desorden de valores humanos intensos, debido a la disminuida práctica de esta educación. Y no tanto porque no halla padres, si no porque en este país, los tramites y procesos son muy difíciles, casi imposible, porque lleva una serie de estudios que dejan a la mitad del camino a los solicitantes. Hoy en día todos pueden ser prospectos aspirantes a adoptar un menor, únicamente se debe cumplir con una serie de requisitos.
Es por eso que el individuo debe tener una educación temprana muy abierta.
Cuando nace un hijo de sangre se le inculcan valores desde que nace, se le lleva a la escuela y se busca lo mejor para su bienestar. Un niño abandonado y puesto en una casa hogar para su adopción, es igualmente tratado en los servicios que un padre congénito buscaría para él; con la diferencia de que no tiene a quien llamar Papá y Mamá.
Si desde que nacemos nos inculcaran que la adopción no es más que brindarle la oportunidad a un niño de ser mejor persona, no se le tacharía como el intruso en una familia ni de última opción en un matrimonio. La adopción se puede realizar aun logrando tener hijos biológicamente, porque no debe ser un acto mal visto, ni exclusivo de gente que pueda mantenerlos y darles los servicios que necesite, porque todos podemos, es cuestión de dar un gesto de generosidad y aprecio por la vida.
Es algo que me llegó a la mente: el valor de tener a un hijo adoptado, es tener la suficiente educación de ver que es un acto natural y así como viste a tus padres esforzarte por ti, tú seguramente lo harás por él.
No veamos la adopción y el proceso que este lleva, como una opción para personas que no pueden tener hijos, esos niños necesitan afecto, una casa, un lugar al cual llamar hogar; y no que permanezcan en albergues esperando ver cual es la decisión que el gobierno toma para ellos. Debemos actuar, de luchar y con ello, obtendremos una vida adecuada, de buenas personas, porque eso hablara bien de nosotros, de nuestra educación y sobre todo, de nuestros valores como personas.
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