
-Falta mucho para llegar- pregunta María
Y José responde:
-Pronto hemos de llegar a Belén, amada mía
Días de caminos arduos y difíciles
martirizados los pies por los senderos;
ásperos raudales polvorientos
dejaron marca en los sentimientos.
Se detienen, antes de llegar a su destino,
a la Belén por ellos añorada;
y en una vieja gruta destartalada
vio la luz del mundo quien sería Cristo.
Como en una bella fiesta pueblerina
estaban allí presentes, el borriquillo, el buey;
y unos que llegaron de improviso
cargados de festines y regalos
Allí recostaba está ella:
Bendita entre todas mujeres.
La Madre del Dios adorable
que carne fue en el vientre amado
Navidad por natividad le llamamos
a ese día esplendoroso,
cuando un niño lindo y hermoso
vino a los hombres por Dios enviado
Este Salvador, Rey de la Pascua,
Resurrección será para los hombres;
caídos amargamente en el pecado
y por aquel buen Jesús rescatados
Impronta:
Pero aquella Epifanía que recordamos
cuando los Magos de Oriente
se postran ante Jesús Niño y lo adoran;
y con sus regalos hablan de aquel encuentro
con el Hijo de Dios, Rey entre Reyes,
Encarnado en María desde los albores.
Es el encuentro con los hombres
¿Quién es Jesús en cada cual?
Pregunta que por similar hacemos,
desde los judíos a sarracenos
y todo creyente por igual
Caído el hombre en mortal pecado
habría de ser un día redimido,
por la sangre vertida en el madero
semilla de salvación para el mundo entero
Vivirlo es, singular ardor,
que se lleva aquí en el corazón;
como inefable conciencia del Cielo
prometido a los hombres por el Señor
Esa nueva tierra bendecida
¿Cómo ha de ser?,
nos peguntamos;
para luego saber –yo lo creo-
que es vivir eternamente
al lado del Señor amado
Tomemos pues de nuevo el camino
a la Belén por siempre bendecida,
y demos con nuestra vida; ejemplo,
de exaltada y mística fe correspondida
Theo Corona
29-11-2008
1 comentario:
me logras eternecer... enn verdad
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