
Llueve,
llueve sobre tus ojos
y el sueño cae en el mar,
cielo tormentoso,
viento de aspas,
sombras en la pared
y el calor de la ciudad,
un letrero parpadea rojo
y como él, la luz,
vienes y te vas,
no distingues horizontes,
no encuentras donde descansar
y te dejas llevar
por el destino de las horas,
por la distancia,
por la soledad,
las persianas bajas
y él no está,
solo las sombras
giran, marean, se alejan
y vuelven como fantasmas
si tan solo fuesen una espalda,
un par de hombros
donde aferrar la magia,
otra vez el rojo y se va…
como las palabras
una voz a la deriva,
entre las sábanas
un lamento se dejó escapar,
entre sueños y pastillas
la soledad no vale nada,
no vale nada…
El rojo se apaga y se va
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