
Ahora llueve tormentosamente.
Se disparan las sirenas de los coches
Y corre el agua a torrentes;
podemos decir: calamidad y suerte
Se refrescan los plantíos,
corre la gente a guarecerse;
pero, hay casas que sucumben
ante la furia indomable de la fuente
Calamidad porque todo se inmunda,
Pero se limpia la atmósfera ¡que suerte!
Se aminora el calor....
y todo así, sucedáneamente,
aunque unos rían y otros se quejen
Oh, naturaleza, cuánta contumacia
la tuya, pero hay que comprenderte
si es que queremos vivir...
la vida armoniosamente
Todavía, aunque haya amainado la lluvia,
se siente a los lejos los truenos de Júpiter,
y los centellas incandescentes
que llenan de miedo a mucha, mucha gente
Y por allá husmeará el sol impenitente
porque así es su labor; aunque llueva
a torrentes, y los caminos se inunden
y corra la gente bajo los paraguas,
para guarecerse en los pequeños
salientes de los edificios, o en el
interior de una iglesia,
que aprovecha la lluvia para invitarte
para que te albergues en sus mutismos....
Cuanta bondad puede darnos la lluvia
aunque pueda ser lúgubremente....
Theo Corona
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